En una maniobra que marca un hito en la logística espacial, la cápsula de carga Dragon CRS-30 de SpaceX utilizó sus propulsores para elevar con éxito la órbita de la Estación Espacial Internacional (ISS).
La operación, dirigida desde el centro de control en tierra, duró varios minutos y permitió compensar la degradación natural de la órbita de la estación causada por la resistencia atmosférica. Este reajuste es crucial para mantener la altitud operativa correcta de la ISS y asegurar el correcto acoplamiento de futuras naves.
Un cambio de protocolo histórico:
Hasta ahora, esta tarea recaía exclusivamente en los propulsores de las naves de carga rusas Progress o en los módulos de servicio de la estación. La certificación de la cápsula Dragon para realizar esta maniobra convierte a SpaceX en el segundo proveedor comercial estadounidense (junto con Northrop Grumman y su nave Cygnus) capaz de realizarla, aumentando la redundancia y la flexibilidad operativa de la ISS.
"Esta capacidad es un activo crítico para la estación espacial", declaró un portavoz de la NASA. "Cuantos más vehículos tengamos para ayudar a mantener la actitud y la órbita de la estación, mejor".
La cápsula Dragon, que llegó a la ISS en marzo, realizó la maniobra antes de su desacoplamiento y regreso a la Tierra, donde amerizó con varias toneladas de carga científica y material de investigación.